¡Supongo que a estas alturas del año muchos estáis leyendo este texto mientras disfrutais de la playa o de la piscina!
Quería aprovechar estos momentos de calor extrema para recalcar la importancia de proteger nuestra piel y la de nuestros peques de los rayos ultravioletas (UV).
Como ya sabéis el sol es uno de los principales causantes del cáncer de piel. En España cada año se diagnostican 78,000 nuevos casos de cáncer de piel, y aunque no es mi objetivo meter miedo, creo que es importante tener esta cifra en la cabeza para actuar en consecuencia.
La ropa es nuestra primera y mas efectiva defensa contra los rayos UV, por eso cuando llega el verano y nos quedamos en bañador es importante tener a nuestro alcance todo lo que nos permita defender nuestra piel. En general, combinar la crema solar con el uso de ropa protectora y gafas de sol es una muy buena opción.
Si hablamos de la ropa, no todas las telas protegen de la misma manera, dependerá de factores como la porosidad de la tela, el tipo de material, el color, el peso y el grosor.
Algunas ropas pueden llevar un tratamiento que evita la penetración de los rayos UV. La clasificación UPF (Ultraviolet Protection Factor) indica la cantidad de radiación que bloquea la prenda. Un UPF 50+ (la máxima calificación) significa que bloquea más del 98% de los rayos UV. Tenéis que tener en cuenta que cualquier valor inferior a UPF30 no se considera protector en absoluto.
La costumbre, sobre todo para los más pequeños, de colocarlos una camiseta de algodón en la playa no es una buena idea. Los tejidos naturales como el algodón o lino no pueden bloquear la radiación solar. Una camiseta de algodón tiene aproximadamente un UPF de 12, pero mojada desciende a 8. ¡Esto equivaldría una protección menor que un factor 15 de crema solar!
Pero quizás os preguntáis cómo podemos saber qué ropa lleva la protección solar. La respuesta la podemos encontrar en las etiquetas de la ropa. Las que llevan la protección tienen que indicar una clasificación UPF. Hoy en día muchos fabricantes ofrecen bañadores con UPF40+ o incluso UPF50+.
Por otra parte, el sombrero es otro complemento clave para resguardar una de las zonas más expuestas del cuerpo: la cabeza. Todos deberíamos usarlo, aunque los expertos ponen especial énfasis en que lo hagan los peques, las personas calvas, y las personas con el pelo muy claro. Los sombreros tienen que cubrir bien la parte de la cabeza, orejas y cuello. Para los peques hay unas fantásticas gorras solares que cubren las partes mas sensibles, además de llevar el tratamiento UPF mencionado anteriormente.
La piel de nuestros peques es muy sensible por lo que es muy importante que no os confíes. El hecho de que sea un día de playa o de piscina nublado no significa que el peque no esté sobre expuesto a la radiación solar y pueda sufrir quemaduras en su piel.
Por todo lo comentado, yo os recomiendo que os equipéis con prendas de baño con tejidos que tengan factor de protección solar mínimo UPF 40+. Y que cubráis a vuestros peques la mayor parte del cuerpo
No quiere decir que no les podáis bañar con bañador o bikini y usar cremas solares resistentes al agua. Pero si van a practicar deportes o pasar bastante rato expuesto a sol lo mejor es usar ropa específica con protección solar.
¡Que tengáis un buen verano!